Las rotondas llegaron para mejorar la eficacia en el tránsito de los vehículos, sin embargo, parece ser que los conductores no terminan de aprender como circular adecuadamente por estas vías. Varios estudios demuestran que los accidentes en las rotondas giratorias han incrementado en los últimos años respecto a otras vías. Además, la gravedad de los accidentes es cada vez mayor, con un número de fallecidos considerable.
Pese a que los datos no sean del todo positivos, las asociaciones automovilísticas consideran que las rotondas son de gran utilidad para la circulación y la reducción de la velocidad. Achacan gran parte de la responsabilidad de los accidentes a los conductores, a los que culpan de no tener la formación adecuada para el buen uso de las glorietas. Aun así, la mala construcción de una rotonda puede ser la primera causa de siniestralidad. Por este motivo hay que realizar un exhaustivo estudio sobre donde se pueden construir estas infraestructuras giratorias y de qué manera para beneficiar al tráfico y al conductor.
Una duda frecuente de los conductores es quien tiene realmente la culpa en un accidente ocasionado en una rotonda. En la imagen extraída de la DGT que aparece en pantalla se aprecia la forma correcta de circular por una rotonda.