Salvo retraso en la tramitación legislativa, la DGT efectuará una serie de cambios en la circulación para el año que viene. El cambio más llamativo aparece en la velocidad máxima en carreteras convencionales. La intención de la DGT es bajarla de 100 km/h a 90 km/h a la vista del aumento de los accidentes en estas vías secundarias.
Entre las propuestas que se han puesto sobre la mesa, aparte de la que ya se mencionó arriba, hay otras tres que destacan sobre las demás. La primera tiene que ver con las sanciones. Tráfico comenzará a ser más duro con sus castigos, sobre todo, en los excesos de velocidad. Aquellas personas que superen la velocidad máxima establecida serán sancionadas con 300 euros de multa y se le retirarán dos puntos del carné.
Cuando queramos contestar un WhatsApp estando al volante nos lo pensaremos dos veces. Utilizar el móvil supondría la retirada de seis puntos del carné. El mismo castigo será implantado si se conduce de manera temeraria, bajo los efectos del alcohol o de las drogas, o si se llega incluso a superar el límite de velocidad en más de un 50%.
Pero no todo son restricciones. Tráfico ha incluido para este decreto unos cursos de recuperación que premiarán la buena conducta del conductor y les permitirá aumentar de seis a ocho puntos en el carné.